Bárbara Balsategui tomó su corazón roto y lo convirtió en arte. Cuando mira hacia atrás reconoce que no podría haber sido de otra forma. Aunque a veces todavía se encuentra con la versión de ella misma que tiene los ojos tristes, sabe que ahora es diferente. Ella es diferente.
Quizás la mejor manera de enfrentar la adversidad es considerar que todo lo que nos sucede tiene al menos algún propósito. Su propósito comenzó por liberar la historia para que tomara el rumbo que mejor le pareciera. Para sanar, escribió el guión de su ópera prima. “Seda”, como esos amores aparentemente tersos y preciosos. Inmovilizadores. Sedantes.
La historia sucede al interior de una de esas casas antiguas de Guadalajara. Las primeras escenas parecen anunciar una relación ardiente. Ella lo complace en todo. Hace realidad cada uno de sus deseos por más extraños que parezcan: se queda en casa, baila para él, le permite comer de su cuerpo. El espectador descubre muy pronto la trampa. Él desea un amor sin dificultades: una mujer a su medida. Por eso le suministra un químico para borrarle la memoria cada noche y vivir una euforia perpetua. ¿Puede la ceguera del amor conducirnos de la fantasía al peligro? A la protagonista de esta historia parece haberla despertado cierto instinto de supervivencia. Nada vale lo suficiente como para perderse a sí misma.
“Siempre he usado el cine para expresar mi punto de vista y filosofía de vida. Seda nació como una forma de exorcizar el infierno de mi vida en ese momento. La historia es de dos personajes que al ser reales, fueron esbozados sin esfuerzo. Lo que no fue fácil de revelar fueron los eventos por los que pasé: una relación abusiva que casi costó mi vida”.
Aquí puedes escuchar a Bárbara Balsategui hablando sobre su proceso creativo y las satisfacciones de hacer una película como Seda:
*Los textos de la Nebulosa del Cangrejo son contenido original de Anabel Casillas (Twitter: @DimeChascona)
Luis
September 22, 2018Me quedo con dos de tus frases:
“Tomar tu corazón roto y convertirlo en algo hermoso (arte)”
“Nada vale tanto como para perderte a ti mismo”